Desnudos por fuera, por dentro.
Desalmados, fríos, neutros...
No piensan, no hacen, no gritan,
encerrados, moldeados y obedientes.
Miran pero no ven, no lloran.
No sienten ni padecen... esperan.
Son iguales, iguales entre sí, al resto, a nosotros.
Desnudos.