Formentera, invierno del año 2000.
Que siga la tradición.
La chimenea, el perro, el gato y el
tiempo.
Cada detalle en la mesa... la hora.
Recuerdo los domingos de verano con
fiambrera y sombrilla en la playa,
y los domingos de invierno de
madrugones, frío y pesca.
La visita que fotografía los almendros
en flor y copia, año tras año, la misma instantánea.
Los higos con pan. Las naranjas bajo el
árbol.
Las recetas de la abuela y de la
bisabuela. Ahora mías.
Los roles.
El dinero en efectivo y las rondas de carajillo.
La Navidad de los reyes magos.
Los carnavales que invierten el armario
de sexo. Y nos reimos, este año, otra vez.
El calco de la vida de las generaciones
gracias a la tradición.
Por favor, que siga, que siga, ¡que siga!.